Corría el año 1996. La compañía Game Freak acababa de sacar al mercado
ni más ni menos que la primera edición de Pokémon Rojo y Verde. Por lo
visto, informes policiales indican que, durante los meses de verano de
ese mismo año, se dieron la friolera de 104 casos de suicidio en niños
de 7 a 12 años (franja de edad objetivo de ventas del juego).
En todos los casos, se investigó el por qué de su comportamiento. Los
padres alegaban que sus hijos estaban enganchados al juego. Se
analizaron varios de esos cartuchos y en todos la memoria interna del
juego situaba el último estado del jugador en Pueblo Lavanda.
Los síntomas que sufrían los niños previamente al suicidio parecían ser
inducidos por la música que sonaba al entrar en Pueblo Lavanda. Al
parecer, la melodía poseía unos picos de intensidad tonal que sólo los
niños pre-púberes pueden escuchar. La combinación de sonidos estridentes
y agobiantes producían en los jugadores fuertes dolores de cabeza o
incluso migrañas, acompañadas de insomnio. El siguiente estado que se
padecía era irritabilidad, acompañada de insomnio, adicción al juego y,
en muchos casos, sangrado de nariz. Finalmente, los afectados sufrían
náuseas y vómitos, y una depresión muy fuerte (algo impropio en niños de
esa edad).
Era esa pérdida de apego a la vida y ese malestar lo que llevó a muchos
niños al suicidio. Se informó a Game Freak de los supuestos efectos
producidos por esa música, y corrigieron la melodía en las siguientes
versiones del juego incluídas las versiones (Rojo y Azul de Europa y
EE.UU) que todos conocemos. Nuestra melodía es muy parecida, al parecer
sólo carece de un supuesto “murmullo” que causa melodías bitonales en la
canción original, incluyendo los tonos que nosotros ya no podemos
escuchar debido a la edad.
sábado, 4 de agosto de 2012
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