Estar rodeado de obscuridad, sin nada mas que un monitor iluminado tu alrededor, totalmente sin protección, no es saludable. Tu consiente interno, seguro se esta riendo ya de mi. Quizás estés pensando a donde va todo esto. Créeme, no es bueno.
Estoy aquí para advertirte. En precisamente 4 minutos con 13 segundos, veras algo en la esquina de tu ojo. Giraras rápidamente tu cabeza, intentando enfocar tu visión. Tu gato pasara cerca de ti. Sentirás un poco de alivio, mientras gentilmente le das la bienvenida a tu compañero felino, y dejas que se siente en tus piernas. Exhausto, el felino se colapsara y dejara salir un suave ronroneo.
Mientras navegas por internet, notaras algo extraño en tu mascota. Miras hacia abajo, y veras una nota atada en su collar. Esta en blanco. Te cuestionas esto, pero regresas al Internet. El gato se eriza, tiembla y salta de tus piernas al piso, escabulléndose. La nota, que convenientemente pusiste a lado de tu monitor, empieza a “sangrar” tinta negra. Abres entonces el papel, sosteniéndolo frente a la luz del monitor, y entonces veras la ilusión de un ojo, que aparecerá frente a ti.
Es entonces cuando te darás cuenta que tú no tienes gato.
Apaga tu monitor. Rodéate de obscuridad. Y no te atrevas a cerrar tus ojos. Parpadea y morirás antes de que sientas que cerraste tus ojos.
Incate, abre la nota y colócala al alcance de tus brazos. Ahora, lo sentirás en ti. El ojo te estará observando. Sentirás que te falta el aliento, pero al menos intenta decir: “Puedo verte”.
Tira la nota y regresa a tu computadora.
Siento decirte, que el ojo que te observa nunca cesara. Siempre lo sentirás. Cuando comes, cuando te bañas… En estos momentos te esta observando.
Dulces sueños…
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